Un lunar, también conocido como nevus, es una lesión de la piel que se forma cuando las células que producen el pigmento llamado melanina crecen en grupos. La mayoría de los lunares son inofensivos, pero algunos pueden ser indicadores de un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente el melanoma. Por lo tanto, es fundamental aprender a identificar los signos de un lunar potencialmente peligroso y realizar un seguimiento regular para detectar cualquier cambio.
Aspectos a tener en cuenta para evaluar un lunar
1. Tamaño y forma
Los lunares que tienen un diámetro mayor a 6 mm, a menudo representan una señal de alerta. Además, aquellos que son asimétricos, es decir, que no tienen una forma redonda o elipsoidal regular, pueden indicar la necesidad de una evaluación más exhaustiva por parte de un dermatólogo.
Por ejemplo, si un lunar es más grande de lo usual, tiene bordes irregulares o presenta cambios rápidos en su forma, es recomendable consultar a un profesional médico para descartar posibles malignidades.
2. Coloración
Un lunar que presenta múltiples colores o que ha experimentado cambios en su tonalidad a lo largo del tiempo podría ser sospechoso. Por lo general, los lunares benignos tienen un color uniforme y constante, mientras que los malignos pueden contener diferentes tonalidades de marrón, negro o incluso rojo, azul o blanco.
Si se observa una variación cromática notable en un lunar o si este presenta manchas oscuras inexplicables, es aconsejable solicitar una consulta con un especialista en dermatología.
3. Borde del lunar
Los bordes regulares y bien definidos son características típicas de los lunares no preocupantes. Por el contrario, los bordes irregulares, aserrados o difusos pueden ser un indicador de un lunar potencialmente peligroso.
Si se nota que el contorno de un lunar es desigual o si muestra crecimientos aparentes en los bordes, es esencial buscar atención médica para una evaluación adecuada.
4. Textura y elevación
Los lunares que tienen una superficie irregular, áspera o escamosa pueden ser motivo de preocupación. Asimismo, aquellos que sobresalen significativamente de la piel o que presentan cambios en su elevación merecen una revisión más detallada.
Si se detecta una alteración en la textura o elevación de un lunar, es recomendable consultar a un dermatólogo para una evaluación adecuada.
5. Dolor o picazón
En la mayoría de los casos, los lunares no causan dolor ni malestar. Sin embargo, si un lunar se vuelve doloroso o comienza a picar de manera persistente, podría ser una señal de alarma y requerir una evaluación médica.
Si se experimenta dolor o picazón en un lunar, es importante buscar atención médica para determinar la causa subyacente y descartar cualquier problema potencial.
6. Cambios en la superficie
Si un lunar muestra cambios en su superficie, como la aparición de erosiones, sangrado inexplicado o costras, es necesario realizar una evaluación inmediata. Estos cambios podrían indicar la presencia de un melanoma u otra lesión maligna.
Si se observa algún cambio anormal en la superficie de un lunar, es fundamental buscar atención médica sin demora.
7. Ubicación
Aunque la ubicación de un lunar por sí sola no determina su naturaleza maligna o benigna, existen áreas del cuerpo que son más propensas a desarrollar lesiones cancerosas. Por ejemplo, los lunares ubicados en la cara, el cuero cabelludo, el cuello, las palmas de las manos y las plantas de los pies requieren una atención especial y un monitoreo regular.
Es importante tener en cuenta cualquier lunar en estas áreas problemáticas y seguir los consejos de un dermatólogo para su cuidado y detección temprana de cambios.
8. Historial familiar y personal
Si hay antecedentes familiares de melanoma o si se ha tenido cáncer de piel en el pasado, es crucial ser especialmente vigilantes con los lunares y llevar a cabo un seguimiento más frecuente y detallado. Las personas con mayor predisposición genética a desarrollar cáncer de piel tienen más probabilidades de tener lunares atípicos o peligrosos.
En estos casos, es fundamental establecer una relación cercana con un dermatólogo y realizar exámenes de la piel periódicos para detectar cualquier cambio sospechoso en la etapa más temprana posible.
Preguntas frecuentes
1. ¿Es normal que los lunares cambien de forma o color con el tiempo?
Sí, en muchas ocasiones los lunares pueden cambiar de forma o color de manera benigna. Sin embargo, cualquier cambio rápido o drástico en un lunar debe ser evaluado por un dermatólogo para descartar problemas potenciales.
2. ¿Cuánto cuesta una consulta con un dermatólogo para evaluar un lunar?
El costo de una consulta con un dermatólogo puede variar según la ubicación geográfica y el prestigio del profesional. En general, en España, el rango de precio puede oscilar entre 50 y 150 euros.
3. ¿Con qué frecuencia debo examinar mis lunares?
Se recomienda realizar un autoexamen detallado de los lunares al menos una vez al mes. Además, es importante someterse a exámenes de la piel regulares realizados por un médico especializado.
Fuentes
- Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)
- Skin Cancer Foundation